Hay restaurantes que uno ve muchas veces pero por alguna razón nunca entra. Eso me pasaba con Da Francesca, un lugar que llama la atención porque funciona en una casa muy linda en Santo Domingo de Heredia.
Además de la curiosidad, una amiga me contó que había ido y le gustó mucho. Con esas dos razones sobre la mesa, decidí visitarlo para ver qué tal la experiencia y poder contarlo aquí en El Sartén Caliente.
Por dentro, Da Francesca es acogedor. Se nota que fue una de esas casas de Santo Domingo de Heredia que desde su construcción ya destacaban por su belleza exterior, pero que por dentro lo son aún más. Tiene varios espacios que parecen haber sido la sala, el comedor e incluso alguna habitación, ahora convertidos en áreas del restaurante.
Uno de los detalles que más me gustó fue su jardín interno, que fue donde cenamos. El ambiente es familiar y relajado, con una decoración que deja claro que alguien se tomó el tiempo de cuidar cada rincón. No es un lugar elegante, pero sí de buen gusto, ideal para ir con amigos, familia o incluso en una cita.
Si algo define el menú de Da Francesca, es que es amplio, tal vez demasiado. Hay 22 opciones entre ensaladas y entradas frías o calientes, 8 focaccias, 16 antojitos italianos como pan de ajo y crostini, y 58 platos fuertes que van desde pastas hasta carnes y mariscos. Además, ofrecen 32 combinaciones de pizza, 4 hamburguesas, 4 paninis y alrededor de 12 postres.
Con una carta tan extensa, queda claro que no se enfocan en un solo tipo de comida italiana, sino que su estrategia parece ser abarcar mucho. Algo que me llamó la atención es que los precios van desde ¢1.750 (pan de ajo) hasta ¢21.500 (corte tomahawk de res).
También noté un detalle que para mí es importante: los precios en el menú no incluyen el impuesto de servicio, lo que significa que hay que hacer la suma al final, algo que nunca me ha gustado porque uno viene a comer, no a hacer cuentas.
Como solemos hacer, mi esposa y yo pedimos una entrada para compartir. Optamos por la Tablita de Antipasto para dos personas (¢8.750), que incluía aceitunas kalamata, tomate deshidratado, alcachofas, charcutería, tostadas de pan, nueces, cinco tipos de queso, una mini ensalada caprese, pesto y jamón curado. La disfrutamos de principio a fin, con quesos muy variados y bien seleccionados.
De plato fuerte, elegí un clásico: osobuco a la romana (¢16.950). Siempre he pensado que el osobuco es un corte infravalorado, porque con una cocción lenta se logra un sabor espectacular.
Este estaba preparado al vino blanco, con tomate, especias y una cocción prolongada para extraer todo su sabor y lograr una textura suave. Se acompañaba con risotto y espárragos grillados, y aunque la carne estaba en su punto, me pareció que el risotto no resaltaba tanto como debería.
El segundo plato fuerte fue de la sección de pastas: un fettuccine Alfredo (¢7.950). No es una pasta italiana tradicional, pero, como pasa con la pizza hawaiana, es un plato que muchos restaurantes italianos incluyen porque es de los favoritos del público. Se sirve con hongos, tiras de jamón, salsa blanca y pan con mantequilla. Me sorprendió gratamente, la salsa estaba bien balanceada, sin ser densa ni pesada, y lo que probé me dejó con ganas de pedirla en una futura visita.
Las porciones eran justas, aunque sentí que el osobuco estaba un poco caro. Tal vez sea un tema psicológico, porque uno sabe que el costo del osobuco no es tan alto como el de lomitos o cortes más exclusivos. Sin embargo, al final cada restaurante pone su precio y cada cliente decide si lo paga o no.
La atención en Da Francesca fue maravillosa, con un nivel de cortesía y educación digno de aplaudir. No había muchas mesas ocupadas porque fuimos a cenar temprano, pero aun así, el servicio se sintió eficiente y bien organizado.
La comida llegó rápido a la mesa y en todo momento se aseguraron de que todo estuviera a nuestro gusto. Es el tipo de atención que hace que la experiencia en un restaurante sea más placentera, sin sentirse invasiva ni forzada.
Definitivamente, volvería a Da Francesca. El lugar es bonito, y da gusto comer en espacios así. No es solo un restaurante, sino un sitio donde la comida y el ambiente se complementan bien para una experiencia agradable.
Lo recomendaría para cualquier ocasión en la que se tenga tiempo de disfrutar, de ir descubriendo los platillos y conversando sin prisas con la compañía elegida. No es un lugar para una comida rápida, sino para sentarse y vivir la experiencia.
Si hay algo que podrían mejorar, diría que es el pan. No es que esté mal, pero qué bueno sería que en lugar de un pan tipo francés o similar, sirvieran una auténtica focaccia italiana. Una de esas con burbujas en la masa, bien impregnada de aceite de oliva, que llevaría la experiencia a otro nivel.
📍 Ubicación: 200 metros al oeste del Palí de Santo Domingo de Heredia.
📞 Teléfonos: WhatsApp 6464-2553 | Fijo 2244-8532.
📅 Horario:
No es necesario reservar, pero nunca está de más, especialmente si querés asegurarte un buen espacio.