Hablar bien y recomendar visitar el Restaurante Rico Tico, en Manuel Antonio, Pacífico Central, es tarea sencilla. Ellos cuentan con una visión en la que el comensal sale ganando por donde quiera que se le vea.
A mi manera de ver tiene 2 pilares que hacen que sea posible:
Lo primero es el uso de materia prima de primera calidad, producida en Costa Rica. Esta decisión hace que muchos de los productos lleguen directo de las fincas a la cocina del chef Alberto Corella.
De igual forma pasa con los mariscos, ellos compran a pescadores locales que utilizan artes de pesca artesanales. Esa práctica les permite ayudar a no sobreexplotar los recursos del mar y apoyar a los pequeños pescadores al tiempo que reciben materia prima muy fresca.
El otro pilar es el tratamiento que le dan a sus platillos. Ellos emplean técnicas de alta cocina, con platos elaborados siempre al momento.
La combinación de esta forma de trabajar tiene como fruto una experiencia que el paladar agradece y se desea repetir tantas veces como sea posible.
Mi experiencia
Antes de terminar el 2020 hice una visita para conocer lo nuevo de su menú y regresé a Heredia solo con cosas muy buenas para opinar.
Como suele ocurrir en los restaurantes que son parte de un hotel (en este caso del Sí Como No Resort) el Rico Tico ofrece tres tiempos de comida.
Para el desayuno decidieron salirse del cómodo y poco creativo desayuno de gallo pinto y nada más. Ellos tienen alternativas tan originales como crepas rellenas de trucha que se produce en la zona de los Santos, acompañada de guacamole y un hummus de ayote.
En la carta también probé unos huevos servidos sobre una cama de frijoles blancos, con tomate cherry. Un omelette con una ensalada y vegetales frescos. Ambas muy apropiadas para quienes desean comer de manera muy balanceada.
También cuentan con una alternativa de gallo pinto con huevos a la carta, tortilla palmeada hecha al momento y aguacate.
Innovar
Esta visita me permitió conocer su nuevo menú. En este se incluyen creaciones que son ideales para un tapeo o bien les podríamos decir unas bocas pero más refinadas.
En estas Corella sigue extrayendo el potencial de los ingredientes frescos. Un buen ejemplo es una tapa que sobre una cama de guacamole incorpora un delicioso pescado acevichado y lo corona con una tortilla negra palmeada.
Entre las opciones encontramos papas rellenas con camarones, carnes salteadas con cebolla servidas sobre una cama de crema de hongos y una croqueta de yuca.
Pero si de uno de estos guardo especial recuerdo y quiero recomendarles es una desconstrucción de un chifrijo. Tenemos carne de cerdo, bien preparada y con un glaseado de una salsa que potencia su sabor, se presenta sobre frijoles blancos, una combinación de mango, tomate cherry y un toque cítrico, acompañado por chips de temporada.
Este plato es realmente lo que yo espero cuando me dicen que van a darle un nuevo aire a un plato conocido como podría ser el chifrijo, pero tratado con tal talento que hacen de este una nueva experiencia.
En esta lista tengo que incluir sí o sí el tartar de trucha. Esta creación nace sobre una base de lentejas con un toque cítrico, se combina con trozos de aguacate y culmina con esos trozos de trucha de la zona de los Santos. A
No menos importante es la presentación de cada plato, detalles bien cuidados que hace irresistible tomarles una foto.
Una visión
En el restaurante Rico Tico quieren ir más allá de solo preparar un nuevo menú. El equipo busca que se tenga una razón, un por qué de cada plato.
En esa tarea el chef Corella tiene una cuota altísima. Un buen ejemplo es la pechuga de pollo acompañada de arroz de maíz, muy propio de Guanacaste. Se sirve con bechamel de coco y croqueta de yuca achiotada.
Otro de los platos fuertes que con solo recordar empiezo a desear probar de nuevo es su corte de churrasco Chirripó: Un jugoso trozo de este corte con una cobertura o costra de kale deshidratada, se acompaña de una salsa de queso artesanal Chirripó negro y al lado un trozo de malanga cocinada en hojas de plátano y vainicas al ajo.
No solo es un plato de comida, es un tributo al pico más alto del país y al mismo tiempo este fue la inspiración.
Entre las alternativas para quienes buscan comida vegetariana está la pasta fresca: Ravioles artesanales rellenos de berenjena ahumada, estos llegan bañados en una salsa “velouté” de apio y con un tentador hongo portobello al centro.
No puede faltar el uso de los frutos del mar. Cada mañana llega pescado fresco y este, sea dorado, pargo, corvina o el que los pescadores artesanales lleven al lugar, se prepara La Pesca del Día: Filet de pescado cocinado en su propio jugo, acompañado de puré de camote, ensalada tibia de espinacas, zanahorias y tomate cherry deshidratados.
Comer en Rico Tico es una experiencia, es disfrutar de ver el mar, sentir el aire fresco, ver pasar por entre los árboles monos, lapas, pero ante todo es disfrutar de comida hecha con mucho esfuerzo, respeto y conciencia de sostenibilidad.
Ojalá y los visiten si van de paseo a Manuel Antonio, la experiencia vale la pena. Les recuerdo que el restaurante Rico Tico es parte del Resort Sí Como No y está abierto a todo el público.
Desde luego hospedarse en el hotel es vivir la experiencia completa.
Teléfono 4001 8754, en Facebook los encuentran como https://www.facebook.com/HotelSiComoNomientras que Instagram aparecen como @sicomonoresort