Los niveles de vitamina D está disminuyendo en la población. Algunas de las posibles causas son el aislamiento social y medidas de confinamiento producto de la pandemia de enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) que conlleva a que las personas pasen más bajo techo, lo que ha provocado que muchos hayan disminuido su tiempo de exposición al sol, sumado a la llegada del invierno o las afectaciones climatológicas periódicas.
Se sabe que el cuerpo la produce cuando la piel se expone directamente al sol, por lo que con frecuencia se denomina la vitamina de la “luz del sol”.
Es por ello que se vuelve doblemente esencial incrementar el consumo de alimentos que sean fuente de vitamina D, tomando en cuenta que muy pocos la contienen de manera natural.
Sin embargo, la buena noticia es que uno de ellos es el huevo, una excelente proteína con un precio muy accesible para la mayoría de la población.
Para obtener la vitamina D del huevo es importante consumirlo entero, es decir, tanto la yema como la clara, ya que es en la grasa de la yema donde se disuelve la vitamina.
Otro dato interesante, es que, además, la vitamina D se ha postulado como tratamiento que pudiera tener algún beneficio ante el COVID-19, lo cual está aún en investigación.
Pero, lo que sí se tiene más que confirmado es la vitamina D es indispensable para que el sistema inmunitario pueda combatir las bacterias y los virus que lo atacan.
En un reciente webinar gratuito dirigido a nutricionistas y profesionales de la salud, la nutricionista costarricense María Pía Gutiérrez, destacó que la vitamina D es empleada para el tratamiento de problemas respiratorios y que su deficiencia incrementa el riesgo de infección del tracto respiratorio e influenza. También, resaltó que la Sociedad Internacional de Inmunonutrición ha propuesto un aporte de entre 400 UI -2000 UI diario de vitamina D como medida encaminada a fortalecer el sistema inmune.
Por su parte, en una revisión bibliográfica la nutricionista costarricense Vanessa Maroto, agrega que existen mecanismos por los cuales la vitamina D ayuda a prevenir las infecciones respiratorias como, por ejemplo, al inducir a la formación de péptidos antimicrobianos, que reducen la tasa de replicación viral y la concentración de citoquinas proinflamatorias, que producen la inflamación que daña el revestimiento de los pulmones provocando la neumonía.
En el Manual MSD, proveedor confiable de información médica desde 1899, se publica una noticia del 28 de setiembre del 2020 del HealthDay News, en la que el Dr. Len Horovitz, pulmonólogo e internista del Hospital Lenox Hill de la ciudad de Nueva York, comenta que “varios estudios han sacado a la luz que los pacientes con una deficiencia de vitamina D tienen unos resultados peores con la COVID-19, lo que no es sorprendente, dado que parece que la vitamina D tiene un efecto beneficioso en el sistema inmunitario y en la curación de las heridas”.
Un artículo de la Clínica Mayo destaca que la deficiencia de vitamina D es más común entre las personas mayores, las que tienen un índice de masa corporal de 30 o mayor (obesidad) y las que tienen presión arterial alta (hipertensión).
Estos factores también aumentan el riesgo de tener síntomas más graves de la COVID-19.
Recuerde que el colesterol que aporta la yema de huevo no influye en el colesterol sanguíneo, por lo que una persona puede consumir dos huevos diarios sin ningún problema para su salud.