Me cuesta hablar con propiedad de café, creo que podría hablar más con respecto al mundo del vino. Eso viniendo de un tico donde el café es el grano de oro no es algo muy ejemplar.
Lo bueno es que desde hace unos 7 años decidí aprender a tomar café y desde entonces intento adentrarme en este universo y conocer el por qué nuestro café es de fama mundial.
En esa búsqueda de nuevos cafés me encontré con Terracafé. Lo anunciaba por redes Sofía Mata Garro, una colega y buena amiga. Le compré un kilo y me di cuenta de dos cosas que creo vale la pena conocer; la primera es que tiene un buen precio, ¢4.000 los 500 gramos y la segunda un sabor muy agradable.
Se produce en la zona de Higuito, en Cartago. Es una zona que no es de las más sonadas cuando se habla de las zonas cafetaleras de nuestro país, pero cada vez más de esta región aparecen o se dan a conocer buenos cafés.
Se cultiva a 1565 metros sobre el nivel del mar, que para los que saben es algo importante, porque esto influye mucho en la calidad final del producto.
Terracafé se procesa con un proceso de producción que se conoce como lavado, que según la web www.deerhugcoffee.com es: “Un proceso que se centra únicamente en el grano de café de especialidad, ya que permite saborear lo que está dentro de él, y no afuera. Durante este proceso es fundamental que el grano absorba los nutrientes y azúcares. Lo cual indica que, la variedad, el suelo, el clima, la maduración, la fermentación, el lavado y el secado serán factores fundamentales”.
Yo al final entiendo poco, solo puedo decirles que es muy bueno de sabor, que viene en tueste oscuro y que si ama el aroma del café recién chorreado o bien preparado en prensa francesa, entonces lo amará.
¿Cómo adquirirlo? Llamando a la familia Mata Garro al 8888-7614 o bien escribirles un correo a terracafecostarica@gmail.com
Una breve historia
Jorge Mata Acuña creció viendo como su abuelo y lo hermanos de este cultivaron café en lugares como Tobosi y Tablón, en Cartago.
Desde pequeño le interesó lo referente al cultivo del grano de café y comenzó como todos: Recolectando café en vacaciones y de ahí fue realizando otras tareas como medir cajuelas; incluso llegó a ser el chofer que llevaba el fruto recolectado al beneficio, incluso muy tarde, sabiendo que al día siguiente era necesario madrugar.
Estudió agronomía y con la única finca que permanece en su familia hoy cultiva café de especialidad que según es una bebida que: “Se distinguen por su sabor, su aroma y la ausencia de defectos (…) el proceso para obtener este tipo de productos es muy complejo y que abarca todas las fases de la producción: desde el origen, la recolección, el secado, el tueste y, por supuesto, la preparación”.
Luego de muchos años su familia trabaja la tierra con una visión que cuida el sistema de producción, las variedades cultivadas, el medio ambiente y las condiciones para los colaboradores.
Durante años su grano de oro lo vendía a beneficios que lo comercializaban en el país o fuera de las fronteras, como un café de especialidad.
El placer por un buen café los llevó a tener un microbeneficio desde el 2014 y poder controlar todas las facetas de la producción, aunque sea un producto a pequeña escala. Y por lo que a quién escribe le consta, la satisfacción de los clientes es uno de sus réditos más importantes.
Ya en el 2019 decidió crear su propia marca Terracafé y bueno ojalá que usted lo pueda probar y descubrir su buen sabor y que no es necesario pagar caprichos en precios para disfrutar de un gran café.