En diciembre de 2024, La Gauchada sufrió un incendio que destruyó su antiguo local. Después de años de trabajo, sus dueños lo perdieron todo en cuestión de horas. Pero en lugar de rendirse, decidieron volver a empezar.
Ahora están en un nuevo local, 100 metros al oeste de CableTica, con la misma propuesta que los hizo conocidos. Fuimos a visitarlos, no para hacer una reseña con juicios de valor, sino para apoyar como clientes y contarles qué hay en su menú. Si pueden, dense la vuelta y hagan lo mismo.
El nuevo local de La Gauchada es pequeño y modesto, con apenas cuatro mesas, dos de ellas en el corredor de un centro comercial llamado Multicentro Sabana.
El ambiente es casual, sin pretensiones. Aquí te atiende directamente su propietario, y en las paredes se pueden ver algunos recuerdos de su Argentina querida, un guiño a la identidad del lugar.
El menú de La Gauchada sigue una línea clara: cocina argentina tradicional. No es un menú extenso, pero tiene lo esencial para quienes buscan platos típicos.
Ofrecen empanadas en varias versiones, desde las clásicas de carne y queso hasta opciones como calabresa y caprese. También tienen milanesas de res o pollo, incluyendo la napolitana y la a caballo, además de cortes de carne a la parrilla como vacío, lomo angosto y lomo de aguja, todos acompañados de papas y ensalada. Para quienes prefieren algo diferente, hay pastas, como ravioles y spaghetti, además de opciones más rápidas como choripán y hamburguesa.
Los precios son accesibles, con platillos que van desde ¢1.700 (empanadas) hasta ¢14.500 (lomo de aguja a la parrilla).
Para empezar, ordenamos dos empanadas: una caprese y una calabresa. Las elegimos porque La Gauchada es conocida por sus empanadas, y la caprese es su opción más popular. La otra, con salami, tomate y queso, no es algo que normalmente habría pedido, pero decidimos probarla.
La porción es de buen tamaño y la presentación es tan modesta como el local. Hay que recordar que este no es un restaurante que esté en su mejor momento, sino un negocio que lucha por volver a la vida después de perderlo todo.
Para el plato principal, pedimos ravioles de queso en salsa de tomate de la casa y un choripán, ese clásico argentino que no necesita presentación.
Los ravioles fueron una elección sencilla, pero con el atractivo de llevar una salsa de tomate hecha en casa, lo que siempre aporta un toque más auténtico. El choripán, por otro lado, es una apuesta segura cuando se quiere probar algo tradicional sin complicaciones.
La atención fue buena, y el ambiente tenía algo especial. Para buena suerte de La Gauchada, el domingo que fuimos todas las mesas estaban llenas, además de varias personas esperando pedidos para llevar.
Todos entendimos que vale la pena esperar cuando se trata de apoyar, así que nadie mostró prisa. Al final, la espera no fue larga, pero se sintió como parte de un gesto colectivo: comprar es la mejor manera de ayudar a que sigan adelante.
Definitivamente, volvería a La Gauchada. Más allá de la comida, hay algo en el lugar que hace que uno quiera regresar: el esfuerzo por empezar de nuevo y la sensación de que cada persona que llega ayuda a que sigan adelante.
Lo recomendaría para quienes quieran disfrutar de una comida sencilla, sin pretensiones, en un lugar donde se recibe lo que se paga. Los precios son aterrizados, lo que hace que sea accesible para cualquiera que quiera darse una vuelta y probar sus empanadas, milanesas o cortes a la parrilla.
📍 Ubicación: 50 metros al sur de Canal 7, en Multicentro Sabana.
📞 Teléfono: 8931-0368.
📲 Redes sociales:
🕒 Horario: Abren todos los días