Hotpot en 1948 Gourmet: una comida que se cocina en la mesa y confunde al principiante

Llegué a este restaurante por casualidad, estaba en el Barrio Chino comprando gatitos de la buena suerte y me topé con 1948 Gourmet HotPot. Sabía que el hotpot es una tendencia fuerte en muchos países como China y en algunas partes de Europa, pero nunca lo había probado. Me llamó la atención que funcionara bajo un sistema de bufet all you can eat, que el tiempo de estadía estuviera limitado a 90 minutos y, sobre todo, que los ingredientes llegaran a la mesa a través de una banda transportadora sin fin que daba vueltas frente a los comensales.

Ambiente y dinámica del lugar

El restaurante tiene una distribución particular: no hay mesas individuales, sino dos barras largas donde los clientes se sientan uno al lado del otro, mirando directamente la banda transportadora. Si uno va en pareja, es posible que comparta la experiencia con desconocidos, ya que no hay una gran separación entre los asientos.

El lugar es limpio y luminoso, sin decoraciones llamativas ni un diseño que haga alusión a la estética asiática tradicional. Al llegar, el personal da una breve explicación sobre el sistema de bufet y el funcionamiento del hotpot, pero, siendo honesto, esa explicación es demasiado superficial.

El menú y la selección de ingredientes

Cada persona tiene su propia olla caliente empotrada en la barra, que funciona como cocina individual. Hay tres opciones de caldo: uno a base de res, otro de cerdo y una opción vegetariana. Yo elegí el caldo de cerdo y lo pedí ligeramente picante, pero para mi sorpresa, el nivel más bajo de picante resultó ser demasiado intenso para mi gusto.

Los ingredientes llegan en pequeños platos sobre la banda transportadora y cada quien elige lo que le interesa. Hay una gran variedad, pero no todos los ingredientes están identificados, lo que complica un poco la experiencia si no se es experto en cocina asiática. En mi caso, probé todo lo que pude, aunque algunos ingredientes no tenía idea de qué eran.

Mis favoritos fueron:

  • En proteínas: la carne de cerdo y los camarones.
  • En vegetales: los brotes de soya, la mostaza china y la oreja de Judas (aunque aún no sé exactamente qué es).
  • En fideos: los instantáneos fueron una buena elección.

La experiencia de cocinar en la mesa

La dinámica es sencilla: uno elige los ingredientes con una pinza, los coloca en el caldo caliente, espera a que se cocinen y luego los saca con una cuchara o palillos para comerlos en un plato pequeño. No hay una forma “correcta” de hacerlo, pero sí es importante saber que el hotpot no es una sopa, sino un método de cocción donde el caldo solo sirve para cocinar los ingredientes.

Al principio, pensé que el caldo picante sería una buena elección, pero resultó ser demasiado fuerte para mí. No quise arriesgarme con las salsas adicionales, ya que mi boca ya estaba en llamas con el caldo base.

Servicio y atención

Si bien los ingredientes se reponen con frecuencia y en general el servicio es rápido, el personal no tiene la paciencia para explicar la experiencia a detalle. La poca información que me dieron no fue suficiente y, de hecho, terminé entendiendo mejor la dinámica gracias a una comensal a mi lado que me orientó más que el mismo personal.

¿Volvería?

No sé si volvería a este restaurante en particular, pero definitivamente volvería a comer hotpot en otro lugar donde la experiencia esté mejor explicada. La sensación de estar un poco perdido es frustrante, especialmente para alguien que lo prueba por primera vez.

Aun así, creo que el hotpot es una experiencia gastronómica para cualquiera, ya que permite a cada persona personalizar su comida con ingredientes de su preferencia. Es una opción ideal para carnívoros, vegetarianos o veganos, siempre y cuando disfruten en general la comida china.