Brumas Restaurante: Lo bueno, lo rico y la hamburguesa

Les cuento una historia con un final crudo…lamentablemente. Como solemos hacer casi todos los fines de semana, mi esposa y yo fuimos a buscar algún restaurante nuevo para probar y reseñar en el blog.

Tanto ella como yo vimos aparecer en nuestras redes sociales publicidad de Brumas Restaurante, en San Isidro de Heredia. Las fotos mostraban platillos que antojaban así que nos fuimos a conocer.

Para algunos podría ser un lugar conocido, ya que antes operó con otros nombres y bajo las órdenes de otro chef. Es muy luminoso y ahora su filosofía es hacer cocina creativa usando en parte ingredientes que ellos cultivan.

Su personal se mostró siempre atento, dispuesto a explicarnos con mucha pasión la oferta de su menú y a sugerirnos algunas opciones.

Entrada

El menú te ofrece opciones frías y calientes como chile relleno, timbal de palmito y aguacate, ceviche fresco o carpaccio de pulpo.

Como amante de los mariscos declarado y obseso me decidí por la cazuela del golfo: Una salsa de tomate aromatizada con chile panameño, leche de coco y frescos mariscos con dos patacones de acompañamiento (¢5.400 ii).

Esta sopa de tomate tenía lo que prometía, me gustó mucho la sazón que le aporta el chile panameño porque es ligeramente picante pero sin que se deje de apreciar el sabor de la sopa; sin embargo creo valioso decir que si alguien no está acostumbrado al picante, es posible que este no sea un plato que deba probar.

La combinación de esta salsa de tomate con la leche de coco ya sumaba puntos gratificantes al sabor que se disfrutaba con cada cucharada que se llevaba a la boca. En su interior camarón, calamar, mejillón, almeja y pescado. Yo lo pediría de nuevo.

Ahora bien, los patacones para mi gusto, no eran patacones sino casi chips. Demasiado tostados, muy crujientes y no parecen de esos que se elaboran al momento…como esos que hemos comido en Cocles, Cahuita y otros lugares de Limón al que nos evocó esta cazuela con su chile panameño y leche de coco.

Lo otro, y aclaro que es algo muy muy personal, que no me gustó es que media cazuela fuera de julianas de cebolla y chile. Más allá que yo a la cebolla la quiero tanto como a la política o la pizza con piña, esta ocupaba cerca de la mitad de la cazuela y yo habría valorado más salsa y menos esas julianas que en serio a mi juicio era excesivo.

Platos fuertes

Una Cesar Kale, es el principio de una ensalada César pero sustituyendo la lechuga por hojas de kale sembradas en su propia huerta, más aderezo de la casa, crotones de pan de masa madre y tocineta crujiente (¢4.500 ii). 

El otro plato fue su hamburguesa cheddar tocino (¢7.500 ii) que según la carta se elabora con una torta de carne hecha en el lugar, pan artesanal, mezclum (mezcla de lechugas tiernas), tomate, aderezo de hierbas, queso cheddar y tocino. Esta tiene como guarnición ñampí tempurizado.

Lo bueno de los platos fuertes

Los precios nos parecen justos, adecuados, que te hace sentir que entre lo que pagás y lo que recibís a cambio hay equidad. 

Tanto la ensalada como la hamburguesa están presentados de una manera que visualmente antojan. Incluso una ensalada César, que es la cosa más sencilla del mundo y en la que en otros lugares hemos visto como llega como si por ahí pasó un tornado, ellos logran que se vea para foto.

En el caso de la hamburguesa esos ñampí tempurizados es algo bastante original, algo que al menos yo no he visto en otros restaurantes. No son chips, que habría sido el camino fácil o cortarlos en bastones, cual papas fritas.

Ellos le dan un tratamiento que logra una textura, que a mi juicio, me recordó el de las croquetas españolas y si se le suma que están tempurizados (este tipo de rebozado propio de la cocina japonesa) se entiende el por qué profesan que son una cocina creativa con producto local.

Lo rico de los platos fuertes

El kale no es uno de mis favoritos, esta col me sabe algo amarga y nunca fui su fan, no obstante en esta versión en ensalada tipo Cesar me gustó e incluso la pediría de nuevo. Mi esposa pidió que en este caso incluyera pollo, para subirla de categoría y de verdad se logra, se los recomiendo.

Y ahora… la hamburguesa

El pan es hecho por ellos, eso es bueno porque sabiendo su interés por lo natural posiblemente está libre de productos artificiales como preservantes. 

El tamaño de la misma es visiblemente grande y uno siente que vale lo que se paga. Cuando la empecé a comer, el primer mordisco que pueden ver en el video, sentí que su torta estaba jugosa.

Desde hace algún tiempo me gusta que esté bien cocida, por un tema de evitar bacterias a la hora de prepararse y no me lo inventé yo, es algo que quienes trabajan en manipulación de alimentos y médicos saben.

Seguí comiendo esa jugosa hamburguesa hasta que me dije, esto no está jugosa ¾, esto tiene partes crudas. Para ese entonces había comido más de la mitad, porque comencé en los bordes.

Es una pena, porque eso arruinó la experiencia que de primera impresión se veía increíble y no menos importante pudo hacer que un cliente se intoxique o enferme (yo pasé con el estómago revuelto en la noche, pero no tengo pruebas para decir que fue por esta experiencia) y eso es algo que un restaurante no debe permitirse.

Cuando me preguntaron si todo estuvo bien, les expliqué lo ocurrido y me dijeron que lo notificarían a la cocina y me ofrecieron un café de cortesía. 

No sé si volveré, pero que lástima que la experiencia resultara así. Sé que todos somos humanos y fallamos, pero también recuerdo que ese día pedimos que primero llegara la entrada y luego los platos fuertes, sin embargo en contra de nuestro deseo nos trajeron todo junto porque, y cito, tenían una mesa muy grande y necesitaban sacar antes para no atrasar nuestra orden.

Tal vez esa premura los llevó a cocinar mal el plato. En fin, estoy seguro que ni es el primer restaurante en cocinar mal o un plato ni será el último. Tal vez sería bueno que tuvieran un protocolo más claro de qué hacer cuando pase algo así, porque un café no resuelve todo.

Pregunté a unos amigos chefs y administradores de restaurantes y me dijeron que lo usual es hacerle el plato al cliente, o cambiarlo por otro o si este no quiere entonces no cobrarlo, pero que ofrecer un café, por más rico y de exportación, se queda corto.

Dónde están

Brumas Restaurante

San Isidro de Heredia, Servicentro Ecológico Labrador, frente a las torres de Faro del Caribe

Horario: De martes a viernes de 12 mediodía a 9 pm, sábados y domingos de 9 am a 9 pm (sábados) y 6 pm (domingos).

Teléfono 7071 8154

Instagram @brumas_restaurante Facebook @Brumasrestaurant