La idea de ir a comer a Italia en Casa nació hace años, como muchas buenas ideas en este blog fue por recomendación de mi esposa.
Por mil razones no pude ir, hasta hace un par de semanas. La experiencia fue muy satisfactoria y valió la pena. Le recomendaría a quien disfrute de la comida italiana que se dé la oportunidad de ir al menos una vez y decida si quiere regresar.
El restaurante es pequeño, no más de 4 o 5 mesas, en un salón que además es igualmente pequeño o mejor dicho en un salón muy acogedor.
Su decoración es muy linda, con muchos objetos que nos hacen referencia a este país mediterraneo o bien a la cocina en general.
Algo importante, este no es un restaurante de esos elegantes donde hay más saloneros que clientes, donde te tienen en la mesa una cubertería con cuchillos de carne, pescado, pollo, tenedores diversos, cucharas y más que intimidan a algunos.
Es un lugar que se aleja de esos establecimientos donde uno al entrar sabe que la cuenta será alta. En su lugar mi impresión es que se trata de un restaurante donde uno entra a un negocio familiar a una trattoria donde todo lo cocinan en el lugar de una forma casera.
Aunque nunca antes fui al lugar, sí conozco telefónicamente a su chef y sommelier: Natalia Di Pippa. Pero para esta reseña ni le avisé que iría y yo pagué la cuenta, porque buscaba poder tener la experiencia más auténtica, sin privilegios o tratos especiales.
Entrada
Una focaccia es una de las opciones que a mi y mi esposa nos gusta pedir como ese abreboca antes del plato principal. El menú te ofrece varias opciones como la clásica, la capresse, la porchetta, salumi, etc. Los precios van de los ¢3.900 en adelante y se pueden pedir media o entera.
Nuestra selección fue la salumi que indica que se acompaña de mortadela con pistacho, tomate fresco y pepperoni. Algo bueno es que usted puede pedirla entera o media (¢4.000) que dependerá del apetito o cantidad de personas.
Algo que me gustó de la focaccia de Italia en Casa es que la preparan al estilo pugliese o genovese que es un pan ligeramente grueso, muy diferente a la que se ha popularizado en Costa Rica.
Lo diferente fue que nos la prepararon estilo emparedado, la partieron por la mitad y la rellenaron con los ingredientes antes mencionados. Algunos tienen malos recuerdos cuando dicen mortadela, porque quizás recuerdan aquellos embutidos sencillos hechos en Costa Rica, pero una mortadela italiana es algo de calidad y si se le añade pistacho eso le agrega sabor y textura.
El pan de focaccia va muy bien con el tomate y aunque esperábamos un tipo de focaccia (la que no se rellena y por encima le ponen los ingredientes extra) la sorpresa fue buena.
Si usted quiere una focaccia tradicional, según me explicó la siempre sonriente Natalia Di Pippa, lo ideal es que pida la opción sencilla que viene en su superficie con romero, ajo y aceite de oliva.
Platos fuertes
Luego de la visita contacté a la chef y propietaria para hacerle algunas consultas adicionales. Ella me explicó que define Italia En Casa como un ristorante y gastronomía. Lo anterior porque en el lugar preparan los productos frescos, hechos a mano y de una forma tradicional.
Mi elección fueron los ravioli de pasta fresca hecha con tinta de calamar, lo que les da un color negro inconfundible. Además, los rellenan con una mezcla de camarón y zucchini que se preparan con una mezcla de tomate cherry, camarones y mejillones (¢8.800).
La pasta muy bien cocida, no teman si creen que por usar tinta de calamar esta sabrá a este fruto del mal. Por el contrario con cada mordisco de los ravioli se siente el relleno, ese gusto al camarón y combinado con el vegetal genera una textura agradable que combinado con el tomate se valora en el paladar.
También me parece que la cantidad de raviolis es generosa, lo mismo que los camarones y carne de mejillones que le acompaña. Es una pasta que a cualquier amante de los mariscos le recomendaría a ojos cerrados.
El otro plato que pedimos en la visita fue el “Paglio&fieno al limone, pollo e pistachi”. Una pasta fresca sobre la que dejan caer una crema de limón, quesos italianos, trozos de pechuga de pollo y pistachos triturados (¢8.800).
Este fue el palto de mi esposa, aunque siempre cambiamos platos para poder probar ambos y de paso opinar de estos.
Tengo que decir que yo por esas cosas de la vida no disfruto de algunos platos que tienen limón, para mi eso de ponerle limón a las sopas, guisos, arroces, paellas, etc no es lo mio.
Hago la aclaración para explicar el por qué no me gustó la crema del plato, pero mi opinión no cuenta por mi falta de interés por estas combinaciones.
Lo que sí puedo decir es que la porción es generosa, que la pasta se ve fresca de verdad y vi a mi esposa disfrutarlo hasta el final.
Postre
Cuando salimos a comer normalmente mi esposa es la entusiasta de pedir algo dulce. Esta vez fue al contrario y para darnos ese gustito dulce y me cautivó la descripción del Cofre al Baileys (¢3.850).
En un frasco pequeño de vidrio llega este postre que combina una base de torta de queso cremoso a base del famoso licor y se corona con una pecana caramelizada. Solo me faltó pedir un espresso, pero si me lo tomaba a las 9 pm de fijo no habría dormido en muchas horas.
Una pincelada de historia
Italia En Casa nació hace 9 años, también es una dispensa de productos gourmet importados de Italia y algunos otros que ellos mismos elaboran en el lugar.
En el restaurante tienen un salón para catas privadas, clases y alguna actividad privada. Natalia Di Pippa es hija de padre italiano y madre costarricense. Sus raíces le dan una particular forma de ver la comida italiana, algo que pudimos experimentar en nuestra visita.
Están ubicados en Granadilla Norte, del taller Wabe 2.5 kilómetros al este, en el Comercial Bosque Verde, al lado izquierdo de la carretera con techo redondeado y cuentan con parqueo.
Horario: De martes a jueves de 10 a. m. a 8 p. m., viernes y sábados de 10:30 a. m. a 9 p. m. y domingos de 10:30 a. m. a 4 p. m.
Pueden llamarlos al teléfono 4034-5664, en Facebook aparecen como @italiaencasa y en Instagram como @italiaencasa_gastronomia